Foto del Encuentro de directores y orientadores de la Universidad de Valparaíso.
Estas últimas semanas tuve la grata oportunidad de participar en los Encuentros de Orientadores tanto de la Universidad Andrés Bello, Universidad de Valparaíso como de la Universidad de las Américas. Encuentros que fueron realizados en la ciudad de Viña del Mar, dentro de la dinámica de un desayuno, donde fueron convocados directores y orientadores de la región de Valparaíso, instancia en la que cada casa de estudios superior, comparte sus propuestas académicas, complementadas por exposiciones de académicos de las mismas universidades convocantes, es decir, una instancia que ayuda a enriquecer la labor del directivo y del orientador de cada colegio y liceo de esta región.
No es menos cierto que los orientadores deberíamos reconocer de sobremanera la relevancia que cobra este espacio para nuestra labor, ya que implica varios aspectos a considerar como:
1.- El reconocimiento de las casas de estudios universitarios a la labor que desarrolla los distintos orientadores y orientadoras de la región de Valparaíso y de nuestro país. Puesto que las universidades entienden que éste especialista es un socio estratégico para visualizar en los respectivos establecimientos educacionales su oferta académica y proyecto educativo universitario a los estudiantes.
2.- Permite a los orientadores la instancia de fortalecer la importancia de su rol y labor en cada comunidad educativa y especialmente frente a su acompañante directivo a éstos encuentros, ya que, a lo menos en estos espacios, se tiende a reconocer la relevancia del orientador para generar un mayor vínculo y oportunidades entre estas instituciones, donde finalmente se ven beneficiados nuestros estudiantes.
3.- Genera un momento de camaradería entre el orientador y el directivo del mismo establecimiento y con los otros invitados de los respectivos colegios y liceos y en algunos casos con representantes de las respectivas casas de estudios universitarias. Momento que puede generar diálogo e intercambio de experiencias entre los participantes.
4.- Permite renovar la confianza del trabajo colaborativo entre el colegio o liceo y la respectiva casa de estudios de educación superior. En algunos casos es un espacio para establecer posibles convenios entre las instituciones educativas o por lo menos, sentar las primeras bases para generar estos acuerdos de apoyo mutuo, donde a juicio personal, los establecimientos se ven bastante beneficiados con estos acuerdos.
5.- Le permite al orientador la instancia de capacitación o actualización de conocimientos que probablemente podrán ser replicados en las respectivas comunidades educativas.
6.- Tiende a ser un espacio de diálogo y de escucha activa por parte de los expositores y representantes de estas casas de estudios a las inquietudes de los orientadores, quiénes buscan evidenciar en el día a día su labor, lo que necesitan para apoyar de mejor manera a sus respectivos estudiantes, docentes e incluso a los apoderados.
7.- Por último, estos encuentros nos recuerda como especialistas de la orientación educacional y vocacional de los respectivos establecimientos educacionales a seguir creyendo que nuestro rol es extremadamente necesario para acompañar a nuestros discentes en la elección de carrera y en su proyecto de vida, independiente que en muchos casos, las condiciones no sean necesariamente las pertinentes y justas.
Reitero mis agradecimientos a las casas de estudios de educación superior chileno, que nos siguen visualizando como agentes educativos significativos de la educación chilena.
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